Las ventas de las gafas de realidad virtual de Sony cada vez son peores. Así lo indican en Bloomberg, donde revelan que al no lograr vender a los usuarios sus PSVR 2, ha tomado una decisión radical: dejar de producirlas.
Lo hará al menos temporalmente según fuentes cercanas a la empresa, que aseguran que hay dudas sobre el atractivo que este dispositivo puede tener para el mercado.
En Sony parecen haberse encontrado con dos problemas. El primero, el del precio de las PSVR 2, que cuestan 599,99 euros: más que la propia PS5 que es necesaria y además es la única máquina para poder usarlas.
La segunda razón es que Sony no ha logrado atraer el interés de los desarrolladores de contenidos de realidad virtual. Crear juegos de realidad virtual es especialmente complejo, y el limitado mercado de usuarios propietarios de las PSVR hace que parezca demasiado rentable apostar por la plataforma.
El segmento de la realidad virtual sigue siendo un nicho con un alcance limitado, y algunas fuentes estiman que ni siquiera Meta puede sacar pecho en este ámbito. Se estima que la empresa de Mark Zuckerberg puede haber llegado al medio millón de Quest 3 vendidas.
La cifra es especialmente preocupante para Sony, que tiene una cuota de mercado previsiblemente mucho menor. Según datos de Amazon, en el trimestre navideño las Quest 2 y Quest 3 representaron un 96,8% de las ventas, mientras que las PSVR 2 solo representaron un 3,2%.
Sony tiene un problema importante con unas gafas que son totalmente dependientes de la PS5, pero está preparando su solución: poderlas usar con el PC. Es una clara renuncia a la intención inicial de la empresa, que era lograr convertirlas en un accesorio exclusivo y diferencial de su consola.
Precisamente ahora el PC es la única salvación de las PSVR 2. En Sony ya confirmaron hace apenas un mes que estaban trabajando en el soporte para PCs —entendemos que con Windows y plataformas como SteamVR—, pero no está claro hasta donde llegará ese soporte.
Se espera que este 2024 veamos precisamente la compatibilidad de las PSVR 2 con PCs basados en Windows, pero una vez más tendrán que demostrar su validez frente a unas Quest 3 que cuestan 549,99 euros y que disponen de opciones diferenciales como su passthrough, la posibilidad de usarlas de forma inalámbrica y autónoma o su soporte de control por gestos.
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Author: Javier Pastor